'Nunca más un México sin nosotros' Arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestro tronco, pero no pudieron matar nuestras raíces.
Los pueblos indígenas representan una matriz cultural propia y auténtica de vivir la humanidad. Son una esperanza de vida tanto para los hombres y mujeres como para la naturaleza de la cual forma parte. Desde hace más de 500 años, poderosos intereses sin escrúpulos y sin patria han hecho la guerra en contra de nuestros pueblos. Han pretendido acabar con nuestras riquezas naturales y espirituales. Han pretendido someter, comprar o asesinar pueblos enteros. Han atropellado la justicia y la razón, y se han valido también de leyes para justificar lo injustificable. Desde hace más de 500 años hay resistencia por parte de nuestros pueblos. Millones de personas valiosas han muerto y siguen muriendo a lo largo de este tiempo por defender y construir un mundo mejor para nuestros hijos. Ahora es necesario un nuevo impulso para la liberación, para acabar con la larga noche en que nos han sumergido. Majestuosamente se anuncia ya un nuevo sol, una nueva vida para nuestra Madre Tierra, para nuestros pueblos, y para todos los pueblos del mundo. Desde la profunda selva y la oscura montaña se ha hecho escuchar la voz de los oprimidos que reclaman justicia, libertad y democracia para todos nuestros pueblos. Pese a las matanzas y masacres en contra de población inerme, los pasos de nuestros muertos seguirán marchando a nuestro lado, sus voces tronarán junto a nuestras voces, y sus corazones seguirán palpitando dentro de nuestros pechos. En los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal y el EZLN desde febrero de 1996, se asienta la necesidad de establecer una nueva relación entre el Estado mexicano, la sociedad nacional y los pueblos indígenas. Sin embargo, al terminar el milenio el gobierno no cumplió su palabra y se ha cometido uno de los crímenes más horrendos en contra de nuestros pueblos. Fuerzas paramilitares masacraron a 45 mártires en Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997. Las mujeres, hombres y niños que fueron asesinados mientras oraban por la paz, junto con las miles de víctimas que ha cobrado el desquiciado poder del dinero, continuarán dándonos su fuerza para avanzar. "Nunca más un México sin nosotros"Congreso Nacional Indígena México To
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