Nos quedamos atónitos sobre este caso flagrante de impunidad, que con
muchos casos parecidos demuestra que México hoy en día todavía padece un
déficit innegable para llegar al nivel judicial del mundo democrático y
civilizado.
Más de 60 policías judiciales eran cómplices en la sangrienta matanza
de un hombre, Don Celerino Jiménez Almaraz.
Durante 8 años una mujer, Doña Estela García ha luchado
encarnizadamente para conseguir la justicia - para poner fin a la impunidad que
sigue protegiendo a tantos autores de crímenes contra la población indígena.
Ella merece el apoyo y la solidaridad de todas las fuerzas de Méjico y de todo
el mundo que se empeñan en la lucha por la justicia y contra la impunidad.
En
este sentido, respaldamos la solicitud que la Comisión Mexicana de Defensa y
Promoción de los Derechos Humanos presentó el 5 de abril del presente.
Jens Galschiot, escultor, creador de la Columna de la Infamia, erigida a la
entrada de Acteal para denunciar el atroz masacre, véase www.aidoh.dk/?categoryID=63
y
Vagn Frausing, secretario internacional
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Declaración
Las organizaciones firmantes, que abogamos por la defensa de los derechos
humanos en México, observamos atentamente el caso de Celerino Jiménez Almaraz y
desde hace años acompañamos a Estela García en su reclamo de justicia.
En el 8° aniversario luctuoso de Celerino, enviamos esta carta insistiendo en
que este asesinato no debe quedar impune.
El 24 de abril de 1997, hace ya 8 años, el indígena Celerino Jiménez
Almaraz, fue asaltado brutalmente en la casa de sus suegros en la ranchería Los
Limares, región Loxicha, por un grupo de entre 60 y 80 policías judiciales,
quienes lo golpearon y lo ejecutaron.
Nos enteramos con satisfacción de que el 14 de diciembre de 2004, la
Primera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca
sentenció a 40 años de prisión al autor principal de este asesinato, Lucio
Vásquez. Esta sentencia sienta un precedente de estado de derecho en Oaxaca y
particularmente en la región de Loxicha, como Estela García formuló: «Si lo
sentencian, sería la primera vez que en Loxicha la palabra justicia tendrá
algún sentido».
Sin embargo estamos indignados de las maniobras de Lucio Esteban Vásquez
Ramírez, ex Presidente Municipal de Loxicha, y de sus abogados que insisten en
interpretar este asalto cobarde contra personas indefensas como un
enfrentamiento armado, aunque los testimonios de los afectados y las huellas de
las heridas oficialmente constatadas de tortura y de ejecución extrajudicial
hablan por sí mismas y son respaldadas por las autoridades de Oaxaca con la
detención de Lucio Vásquez. Además existen tanto la recomendación de la
Comisión Estatal de Derechos Humanos de Oaxaca (CEDHO) como la revisión del
caso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La recomendación de CEDHO expediente 16/998, atinadamente señala que
tampoco había uso de defensa legítima por parte de los policías judiciales que
mataron a Celerino, por lo que se exige que se abra la averiguación por el
delito de homicidio contra Hugo Tomás Chávez Cervantes y Pedro Méndez Vázquez,
en esa época jefes de grupo de la Policía Judicial del estado de Oaxaca y
cómplices de Lucio Vásquez.
Por lo arriba referido, esperamos que se procese inmediatamente a los
cómplices de este artero asesinato y que se dé una indemnización adecuada a los
familiares por los daños causados en lo material, corporal y síquicamente. En
este sentido, respaldamos la solicitud que la Comisión Mexicana de Defensa y
Promoción de los Derechos Humanos presentó el 5 de abril del presente.
Sobre el nuevo intento de la defensa de Lucio Vásquez, de falsificar
el acto de violencia, confiamos en que el Tribunal Superior de Justicia de
Oaxaca, rechace esta maniobra.
Expresamos nuestra preocupación por la salud de Aquilino, hermano de
Estela, quién también fue lastimado el día que asesinaron a Celerino. Aquilino,
hasta la fecha sigue sufriendo por las heridas provocadas el 24 de abril de
1997.
Con respecto a la situación de Estela García Ramírez, nos preocupamos
por los hostigamientos a los que se encuentra expuesta. Nos inquietan particularmente
las amenazas expresadas por círculos cercanos a los autores del crimen de su
esposo Celerino. Estela García está luchando desde hace 8 años para que los
autores de este crimen se hagan responsables por vía judicial y que no se
queden impunes, como pasa con frecuencia en el estado federal mexicano de
Oaxaca. Por lo tanto, apelamos a las autoridades estatales responsables para
que garanticen la seguridad de Estela y de su familia y que hagan de este caso
un paradigma, para que en Oaxaca sea abolida la arbitrariedad y la violencia
estatal.
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